Soy la peor madre del mundo!! JA!
Que niño no le ha dicho a su mamá: “Eres MALA!”
Hace unos días leí un artículo en internet que precisamente abordaba cómo muchas veces, las decisiones que tomamos para educar y corregir a nuestros hijos son percibidas por ellos como una “traición” (seguro muchas de ustedes ya lo leyeron). Me sentí súper identificada, porque me ha pasado que también mis enanos, al corregirlos o limitarlos, me dicen “mala”. Y no voy a negar que a veces me hacían sentir mal. Por eso me gustó tanto el mencionado artículo J (el que dicho sea de paso, puedes encontrar completo en el siguiente link: http://familias.com/12-maneras-de-ser-la-madre-mas-mala-del-mundo).
La verdad, creo firmemente en la disciplina y en el deber de los padres de inculcarla en todo aspecto, así que no me ha temblado la mano cuando, frente a una carita de absoluta ternura pidiendo posponer la hora de almuerzo para seguir jugando, he tenido que decir No! y mantenerme firme pese a las pataletas y resentimientos. Incluso, me ha pasado que alguna tía me ha dicho que soy ”muy estricta” o que mis hijos todavía están chiquitos para aprender o entender. Yo creo que, por el contrario, los chicos entienden y perciben TODO! Por eso, en situaciones como las mencionadas, les digo que ahora seré estricta y “mala” con ellos, pero cuando estén más grandes me lo agradecerán.
Por ejemplo, algunos temas que busco inculcarle a mis hijos, aunque me cueste convertirme en la “antipática” de la película:
1. Deben acostarse a una hora razonable: Esto es algo que todas las mamás comentamos, no es novedad. Desde que nacieron mis hijos les he puesto horarios para todo, dentro de una rutina razonable y justificada (Por ejemplo, en la tarde noche: primero comen, luego juegan. De ahí a bañarse y finalmente a dormir). Ahora que son un poco más grandes hay días en los que se resisten a irse a dormir, pero ellos saben que el horario es el horario. Los viernes y sábados acepto un poquito de relajo, pero solo un poquito jajaj Mi horario se retrasa solo media hora Jgeneralmente ya están dormidos a las 8:00pm.
2. ¿Golosinas para postre? NUNCA! De postre les doy frutas, a lo mucho gelatina. Ya después del postre les puedo dar algún dulcecito, pero generalmente son los sábados o en algún cumpleaños.
3. Que se esfuercen por conseguir ellos algunas de sus cosas. Mis hijos todavía son chicos y el tema aún no les aplica; sin embargo, creo firmemente que los niños que ya han aprendido a entender que el dinero es fruto del trabajo y, por ende, debe ser gastado de manera prudente, tienen que internalizar ello asumiendo el costo de algunos de sus “gustos” con las propinas que obtienen. Según el artículo que les recomiendo: “Esa es la forma en que funciona la vida de los adultos. Para asegurarte de que tus hijos no vivan contigo para siempre, es necesario ensenarles hoy que los aparatos electrónicos, videojuegos, salidas al cine, uniformes y equipos deportivos de los que tanto gozan SI tienen un precio. Si tienen que pagar todo o parte de ese costo, van a apreciarlos todavía más. También puedes evitar pagar por algo que tu hijo realmente no deseaba. Si él no está dispuesto a pagar la mitad que le corresponde es muy probable que no lo quiera tanto”.
Compatible con este punto, es el proponerle a tus hijos que las propinas “no llegan solas” y que, por lo tanto, algo tienen que hacer para ganársela. Puede ser leer y comentar un libro o noticia interesante en la mesa, ayudar con los quehaceres del hogar, sacar a pasear al perro, etc. Valorarán más lo obtenido con su propio esfuerzo y serán más cuidadosos al momento de gastarlo.
4. Acompañarlos en el aprendizaje y en ir asumiendo autonomía; cuando los chicos van creciendo y aprenden nuevas cosas al principio no es nada fácil, por ejemplo: el año pasado Álvaro aprendió a vestirse y desvestirse solo y Alejandro aprendió a bajarse el pantalón solo para ir al baño. Ambas cosas fueron difíciles para ellos. Al principio se alteraban porque no podían, pero me resistía a suplirlos y los esperaba las veces que fuese necesario con el famoso: “Sí se puede”!! Cuando veas que tus chicos están haciendo algo y no pueden terminar de hacerlo no lo ayudes a la primera, deja que lo intente, así lograrás que tenga confianza en lo que para ellos es difícil o que recién están aprendiendo a hacer. Ellos se sentirán orgullosos de su éxito!
5. No consentirlo en exceso. Quién no se ve tentada a engreír a sus niños. Es más, muchas veces queremos que ellos tengan esos juguetes que nosotros no obtuvimos. Sin embargo, siempre he leído que debemos luchar contra ese impulso y saber dosificarlo. Está bien premiarlos con regalitos cuando se portan bien o realizan una acción que queremos reforzar. Obviamente, están bien los regalos por su cumpleaños, Navidad y alguna otra conmemoración importante. Pero excederse de “generosos” y dar regalos a diestra y siniestra puede estar enviando un mensaje inadecuado.
6. Siempre con modales, desde chiquitos siempre les he enseñado a mis hijos a “Saludar”. Muy pocas veces los exonero de esto porque puede que se hayan quedado dormidos en el carro y justo cuando llegamos se despiertan de mal humor así que ahí ni obligarlos a saludar, porque no quieren saber de nadie jajaja, Pero cuando se les pasa el mal humor tienen que saludar si o si. También les he enseñado a que cuando se van a retirar de algún sitio deben “Despedirse”. Otra cosa que me parece importante es agradecer con un “Gracias” y pedir siempre las cosas “Por Favor”. De esta manera aprenderán a tratar a las personas con respeto.
Así que cuando tus hijos te digan “mala” porque te esfuerzas en hacerlos mejores, no te pongas triste! ponte feliz porque esa es la señal que indica que los estas criando bien 😉
Mónica